NOTI BOMBAZO DE EDITORIAL: OJALÁ UNA PRESIDENTA COMO FARIDE.

Vamos a dejarnos de hipocresías, que para discursos suaves ya están los manuales de protocolo. Este editorial —como todos los de Notibomba— viene con la verdad cruda, sin azúcar, sin maquillaje y sin miedo. Hoy decimos lo que muchos piensan y pocos se atreven a escribir: Faride Raful tiene más pantalones que muchos hombres de la política que se la pasan de teoría en teoría. Y eso, en esta República Dominicana desordenada hasta los tuétanos, vale oro.

La actual ministra de Interior y Policía tiene una virtud que no abunda en la política criolla: valentía real, sin teatro ni cálculo electoral. Esa es la clase de carácter que necesitaría la mujer presidenta que algún día —si es que llega— pondrá orden en este país donde todo el mundo hace lo que le da la gana y, peor aún, lo exige como si fuera un derecho divino.

Desde Trujillo hasta acá, hemos tenido muchos presidentes con más miedo que visión. Y el resultado está a la vista: una selva social donde las reglas son opcionales y los cojones sustituyen a las leyes. En diciembre pasado, este país se partió en dos:

Bando uno: los que aplaudieron que alguien —por fin— hiciera algo serio. Ciudadanos hartos de no dormir, de vivir con la música en la garganta y con la inseguridad metida en la cama. Gente agradecida porque una ministra se puso las correas necesarias y aplicó lo que nadie se había atrevido: control de ruido, bebidas, armas y desorden. En Navidad, muchos por fin pudieron descansar sin que la calle los convirtiera en rehenes del relajo.

Bando dos: los dolidos, los rabiosos, los que sintieron que se les acabó el relajo rentable. Los que viven del negocio de la bebida, del vicio, de explotar a mujeres vulnerables, del libertinaje como estilo de vida. Y entre ellos, cómo no, algunos presidenciables del PRM que no quieren que Faride brille, porque podría opacarlos con una sola acción bien ejecutada. Este segundo grupo incluye también a miembros del bajo mundo, que sintieron el peso de una autoridad que ya no estaba dispuesta a guiñar el ojo.

Y no, no es paranoia. Basta ver las redes sociales. Campañas sucias, cuentas falsas, ataques virulentos… todo con un objetivo: hacerle la guerra a la ministra que se atrevió a gobernar donde otros solo han posado.

Ahora, en Semana Santa, vuelven los dos bandos a chocar. ¿Por qué? Porque otra vez Faride se puso los pantalones y decidió que, luego de la tragedia histórica de Jet Set, este país no aguanta más desgracias. Prohibió fiestas, bebidas descontroladas y excesos que ya estaban en la antesala del caos. ¿Resultado? Otra vez, los sensatos la aplauden y los cómplices del desorden la condenan.

Y sí, necesitamos más políticos así: que no sean complacientes, que no estén aquí para cuidar un grupito, sino para proteger al país entero. Porque el desorden —aunque rinda votos y billetes— no construye futuro.

La decisión del presidente Luis Abinader de nombrar a Faride Raful como ministra fue, sin duda, una jugada valiente, con carácter y  estratégica . ¿Le dolió a muchos? Sí. ¿Era necesaria? Más que nunca. Porque este país anda como chivo sin ley, y ya era hora de que alguien le pusiera el freno.

Hoy, ya muchos empiezan a murmurar en voz alta que una mujer como Faride, con temple, con visión y sin miedo, podría ser —¿por qué no?— la primera presidenta de los dominicanos. Y si eso molesta, es porque la verdad pica.

PD: Notibomba hace editoriales sin miedo, sin poses y sin compromisos. Aquí no hay intereses políticos, ni económicos, ni mafias disfrazadas de opinión. Esto se escribe con el alma, con rabia constructiva y con el deseo de ver este país mejor.

Aquí se habla claro. Y si duele, que duela. Pero que también despierte.