El Programa de Medicamentos de Alto Costo (PMAC) representa una de las políticas sanitarias más sensibles y humanas del Estado dominicano. Su objetivo esencial es garantizar que ningún paciente elegible quede sin tratamiento médico por razones económicas. En otras palabras, busca que la esperanza de vida y la calidad de atención no dependan del bolsillo, sino del derecho a la salud.
Cumplir con esa meta ha implicado superar grandes desafíos: el crecimiento acelerado de la demanda, la constante aparición de enfermedades de tratamiento costoso, la evaluación rigurosa de los resultados clínicos, y sobre todo, asegurar que el modelo sea financieramente sostenible a largo plazo sin perder su esencia solidaria.
En este contexto, hemos visto al ministro de Salud Pública, Víctor Atallah, expresar con firmeza y sensibilidad su compromiso con este programa, asegurando que bajo su gestión se busca humanizar aún más la experiencia del paciente, colocar la dignidad humana en el centro de las decisiones y continuar expandiendo el alcance del PMAC. Sus palabras no se han quedado en el discurso; han sido acompañadas por acciones concretas y sostenidas.
Es evidente que, a pesar de los esfuerzos presupuestarios que realiza el gobierno del presidente Luis Abinader, el reto de cubrir absolutamente a todos los pacientes que requieren estos medicamentos sigue siendo colosal, no solo en República Dominicana, sino en prácticamente todos los países del mundo. La medicina de alto costo evoluciona rápidamente, y con ella, también se multiplican los desafíos clínicos, económicos y logísticos.
No se trata de una falta de voluntad, sino de una realidad técnica y financiera: ningún país ha logrado aún una cobertura universal total en este ámbito. Sin embargo, lo verdaderamente importante es la dirección hacia donde se camina. Y en ese sentido, el PMAC ha avanzado con pasos firmes.
En lugar de dispersarse, las autoridades sanitarias han concentrado sus esfuerzos en dos líneas estratégicas clave: ampliar la cobertura a la mayor cantidad de personas posible y garantizar la continuidad de cada tratamiento aprobado. Una terapia médica de alto costo no puede interrumpirse por burocracia o falta de fondos, y ese principio ha sido defendido con responsabilidad por el actual Ministerio de Salud.
Desde este editorial del portal Nuestras Instituciones Públicas, reconocemos sin reservas que el Programa de Medicamentos de Alto Costo ha tenido una evolución positiva, y que durante la gestión actual los avances han sido notables, palpables y medibles. La transparencia en los procesos, la priorización basada en evidencia clínica, y la sensibilidad mostrada frente a las familias afectadas, son aspectos que dignifican la labor del Estado y devuelven confianza al sistema.
En conclusión, el PMAC no es solo un programa de salud: es una muestra de que en República Dominicana se puede gobernar con empatía, eficiencia y visión de futuro. Y si bien los retos persisten, la ruta trazada por las actuales autoridades —con Víctor Atallah al frente del Ministerio de Salud— es, sin duda, la correcta.

Más historias
El viceministro de Energía Nuclear del MEM, Gaddis Corporán energía nuclear: una apuesta para descarbonizar y estabilizar el sistema eléctrico
EDITORIAL: RD, Uno de los países con peor velocidad de internet en el mundo, según informe internacional
NOTI BOMBAZO DE EDITORIAL: OJALÁ UNA PRESIDENTA COMO FARIDE.